domingo, 6 de octubre de 2013

El director hipster que fue a Ikea

Esta mañana me he gastado 250 euros en mi cuarto. Es un cuchitril, pero ahora es un cuchitril cojonudo. Y me lo he decorado muy hipster, y me doy mucho asco por ello. Últimamente estoy haciendo cosas muy hipsters, creo que voy a tener que plantearme seriamente lo del suicidio. Ahora he de pintar las paredes de blanco y comprar muchos cojines para usar mi cama también de sofá. Lo de pintar me da una pereza horrible, porque soy muy friki y tengo muchas figuritas en las estanterías que he de quitar y luego volver a poner... pero se compensa debido a que he comprado estanterías nuevas y tendré que hacerlo de todos modos. Y he de cortar las cortinas. Sé que o lo hago el fin de semana que viene o no lo hago nunca, ergo tendré que hacerlo el fin de semana que viene. Mujeres del mundo, no intentéis quedar conmigo el fin de semana que viene. El caso es que todo es super chachichuli. Creo que se me da bien combinar muebles; toda esa movida de colores y distribución de espacios. Para algo tuvieron que valer los tres años (repetí segundo) de bachillerato de artes. Hablando de tres años estudiando cosas, mañana es mi primer día en dirección de cine. Estoy nervioso, porque las clases son de unas siete personas. ¿Y si son siete pavos mazo mayores? ¿Y si no hay ninguna mujer? El ambiente de trabajo es mucho más propicio en compañía de muchachas, no me gustaría estar en condiciones tercermundistas pagando lo que pago. Porque pago mucho. Bueno, no lo pago yo, lo pagan muchos miembros distintos de mi familia materna. Estoy arruinando a los Fernández de Soto (es compuesto). Cuando sea un director de renombre les daré entradas gratis. Pero como no lo voy a ser, me ahorraré esas entradas. JÁ JÁ, es un ardid sublime. ¿Sabéis que entro a las diez de la mañana y salgo a la una de la tarde? Acojonante. Mujeres del mundo, intentad quedar conmigo todos los días de una a X. Lo de la X se sobreentiende que es una incógnita, una hora indefinida, nada sexual. No. Por cierto, volviendo a mi cuarto y sin dar de lado lo de dirección, ¿cómo es que no tengo una claqueta colgando de una pared? ¡Me parece fatal! Y más ahora que me estoy hipsterizando (el otro día me compré unas gafas de pasta con cristales sin graduar por 1€, pero estaba dispuesto a pagar la cantidad desorbitada de la etiqueta. Para matarme, ¿eh?). El próximo día que pase por el centro me compro una. Decididísimo. A tomar por saco Van Gogh, ¡UNA CLAQUETA! Además me va a ir que ni pintada (suavísima expresión) con el resto del cuarto, mazo de blaco-negro. Para finalizar diré que lo de Ikea es horrible. Intentando montar una lámpara que es una bola, una jodida bola, me he acordado de la puta madre que parió a todos los suecos. Mañana intento montarla de nuevo. Porque sí, hoy me derrotó. Zorra.
PITO.

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